LYAN DE JESUS
El artista autodidacta Iyan De Jesus, suaviza el borde metálico de steampunk con una piel de alabastro flexible. Cada pintura es una tecnofantasia post-apocalíptica de tonos pastel, impregnada de color. La celebración de un tribunal contra un fondo de complicaciones mecánicas son cyborgs ninfa-como más humano que robot-cuyas expresiones dignas ocultar historias arraigadas en la mitología, la literatura, fragmentos de la canción, y momentos fugaces entre la lucidez y el sueño. Para ayudar a los espectadores a divinizar la narrativa de una obra, De Jesús camufla elementos entre una multitud de artes: los búhos, los corazones, los copos de nieve, las lámparas de gas y los tótems sirven como sutiles portadores de significado.
La atención a las minucias, la obsesión por las composiciones geométricas y los patrones, la limpieza de las líneas y la suavidad de la superficie se remontan a los antecedentes de De Jesús en la arquitectura y el diseño asistido por ordenador. A diferencia de los artistas formalmente entrenados que iban de lienzo a pantalla, De Jesus empezó a "pintar" con un ratón antes de cambiar a cepillos y esmaltes. El salto del digital al tradicional fue una rebelión contra la naturaleza efímera de bits y bytes, así como una entrega al deseo del alma de crear algo duradero.
Cada pintura requiere más que una mirada superficial. Los que se demoran y miran serán recompensados por el inesperado lirismo disfrazado por las tendencias retro-futuristas de steampunk. Entre las poleas y las ruedas se encuentran imágenes que convocan el sonido del mar, el ritmo lento y constante del corazón humano
Mercedes Tamara
29-11-2016
